Fuente : «El Pais»
El informe Innovar para el cambio social: de la idea a la acción, dirigido por el responsable del Instituto de Innovación Social de ESADE, Ignasi Carreras, revela que el 65% de las entidades se han visto abocadas, en poco más de dos años, a buscar fuentes de financiación alternativas a las subvenciones, ayudas y convenios de las administraciones, que han caído hasta un 40%.
Los ingresos de las ONG (tanto de acción social, como de cooperación internacional, medio ambiente y derechos humanos) llevan cayendo desde el inicio de la crisis, explica Carreras. Comenzaron a bajar en 2008 (entre un 30% y un 40%) como consecuencia de la menor aportación de las empresas; también cayeron entre un 5% y un 10% las aportaciones de particulares (que remontaron coincidiendo con el terremoto de Haití en 2010). Pero el remate llegó súbitamente, en 2011, cuando los recortes de los presupuestos públicos desplomaron las ayudas y convenios: entre un 30% y un 40%.
Carreras explica gráficamente que las ONG comenzaron a «temblar de forma seria» en 2010 y que fue durante 2011 y el ejercicio actual cuando «están reaccionando, pero la búsqueda de alternativas no es tan rápida como sus necesidades urgentes de financiación». El experto asegura que «están comenzando a desaparecer ONG» y que, a falta de estudios, las primeras estimaciones cuantifican en entre un 20% y un 30% estas extinciones.
«Esta es la primera gran crisis que atraviesan las ONG en España. Vivieron la de los años 90, pero todavía no eran organizaciones tan grandes. Desde entonces, «llevan 30 años de crecimiento ininterrumpido y ahora topan con que han caído sus tres fuentes de financiación: particulares, empresas y administración». «Muchas desaparecerán, otras deberán adaptar su estructura a un funcionamiento más sostenible, o fusionarse, y otras reducir su estructura».
Carreras explica que la receta actual pasa por tres aspectos. Primero, pensar qué valor aportan a la sociedad. Segundo, hacer «pocas cosas muy bien hechas». Y tercero, «plantearse si su futuro pasa por lo que son ahora o por fusionarse (o colaborar con otros actores) o bien resituarse». Como ejemplo, el experto indica que si una asociación asistencial no puede continuar por falta de medios económicos, sí puede reorientarse para aprovecharla, si tiene, su base de voluntarios.
El estudio, sin embargo, indica que todavía hay mucho trabajo por hacer, porque el 40% de las organizaciones no se consideran innovadoras. Solo el 8% han apostado por innovar.