Es lo que se preguntan los niños con TEA  -Trastorno del Espectro Autista- de la Comunidad Valenciana que han dejado de recibir la atención que necesitan. Uno de ellos se llama Luca, tiene cinco años.Su padre, Diego, y su padre, Emma, se quedaron en la paro hace meses con tres hijos a los que mantener. Cuando Luca sale del colegio acude a la Fundación Mira’m para personas con autismo. Pero, desde el mes de septiembre, los padres de Luca tienen que abonar 400 euros por este servicio, debido a los impagos de la Consellería de Sanidad a esta entidad. 

Los impagos del Gobierno valenciano están llevando a  10 centros especializados en Trastorno del Espectro Autista a una situación límite. Una situación que afecta a los 400 niños atendidos en estos servicios y a sus familias. Hay familias que, como la de Luca, han tenido que empezado a pagar 350 euros al mes -sobre 825 euros de coste total- para paliar la asfixia financiera de las entidades.

La Conselleria de Sanidad tiene una deuda de  más de un millón de euros con las entidades,  sólo del año 2012. Algunas han tenido que despedir a trabajadores, otras han reducido jornadas y un tercer grupo ha combinado ambas medidas.

La presidenta de la Fundación Mira’m, Marisa Samblás, ha asegurado al periódico 20 minutos que ha tenido que retirar la atención a 30 familias porque no pueden pagar, ha despedido a 10 empleados y ha tenido que reducir la jornada al resto. La seguridad social les ha embargado las cuentas y el impago de la Generalitat podría suponer su desaparición.

La Consellería les ha comunicado que “no tiene dinero y no sabe cuándo lo va a tener”.  Para hacer visible su difícil realidad las entidades se vuelven a  manifestar hoy, martes 26 de febrero, frente a la Consellería de Sanidad bajo el lema ¿Y qué culpa tengo yo?.

 

 

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