Desde Sevilla nos llega, fuera de concurso, este precioso relato para el VII Certamen Cuéntame el Autismo: te haces mayor, mi pequeño, mi niño, pero sigue dándome esos abrazos, esos besos, esas miradas cómplices entre los dos.

 

Te haces mayor, mi pequeño, mi niño, ese que hasta hace poco se tapaba los oídos para no escuchar nada y ahora solo quiere empaparse de todos y cada uno de los ruidos, sonidos o palabras que te encuentras en tu camino.

Ese mismo que cerraba los ojos para aislarse del mundo y que ahora hay que suplicarte que los cierres para dormir.

Recuerdo con emoción tu primera palabra, tan ansiada, tan querida, tan suplicada… que nunca podré olvidar: PAZ. Una paz que siempre encontré cuando te observaba, te miraba, te contemplaba. Siempre confié en ti.

Apenas decías cuatro palabras y pronto comenzaste a leer cuentos, el primero: Los tres cerditos.. ¡cómo olvidarlo! Cuántas veces lo leímos. Mi corazón azul se paró cuando me bautizaste como la reina, tu reina, ese personaje que siempre aparece en todos los cuentos para bien o para mal. Gracias por tenerme tan presente en tu día a día.

Ahora tus intereses son otros, y eso me encanta, creces tan rápido.

Te mentiría si no te dijera que tenía miedo a tu forma de afrontar tu vida adolescente. Una vida que tú no decidiste y que te toca vivir. Una vida que para ti sería más fácil si la sociedad estuviera más preparada, más concienciada, qué injusto, ¿no crees? Tienes un papel muy importante amigo, sabrás hacerlo genial. Y yo contigo.

Pero tú siempre has sido un campeón y los campeones nunca se rinden. Tu fuerza de voluntad, tu amor propio, tu interés y tus ganas han ayudado a que al menos una parte de la sociedad te conozca, y créeme, los has dejado a todos enamorados.

Me apasiona ver todos los amigos y amigas que tienes, esos que gracias a una buena educación escolar y familiar te entienden, te comprenden y te aceptan … y ¡cómo no hacerlo! La suerte es nuestra, gracias por enseñarnos cada día, principalmente a ser mejores personas.
Tu mundo ya es nuestro mundo, nuestro mundo azul.

Adoro la forma de divertirte que tienes ahora, dar paseos por el pueblo, montarte en los coches karting (esos que tanto miedo me dan) ir a bares repletos de gente desconocida con ruido, música, alboroto.. sin perder tu sonrisa, disfrutando y saludando a todas las personas que te vas encontrando en tu camino. Celebrar con ilusión los cumpleaños de familiares, amigos y amigas o incluso ajenos. ¡Eres todo un animador! Participar en bailes escolares, qué bonito día me brindaste. Gracias.

Acontecimientos antes impensables, qué bonito es escribir todos tus avances, se me acelera el corazón por momentos.

Me encanta ver lo autónomo que te has vuelto, aunque volvería a mentir si te dijera que no se me parte el alma un poco cuando ya veo que casi no me necesitas.

Siempre tendré entre mis frases preferidas “ayuda Dolores” o “no pasa nada”. Cuántas veces las escuche.
Ahora no me necesitas tanto y eso me encanta, pero dímelo de vez en cuando…. anda.
Claro que “no pasa nada” nunca pasará nada si me tienes cerca.
Estoy convencida de que muchas autoescuelas se pelearán por tenerte cerca, qué gran conocedor de la circulación… increíble. Cualquiera inflige una regla en tu presencia. Sanción asegurada.

Te haces mayor, mi pequeño, mi niño, pero sigue dándome esos abrazos, esos besos, esas miradas cómplices entre los dos. Aunque crezcas siempre estaré ahí, a tu lado, caminando juntos, de la mano, como siempre.

Y es que, al final los corazones azules acabamos encontrándonos. Pisa fuerte siempre, porque pisando fuerte los corazones azules permanecen unidos.

Conocerte es quererte, te quiere mucho … Tu reina.


Mª Dolores Trigo Córdoba

VII Cuéntame el Autismo 

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