Nuevo relato para la VIII edición de nuestro certamen Cuéntame el Autismo, en esta ocasión, una madre pone voz a la relación entre dos hermanos: «Y entendí la importancia que iba a tener tu hermano a lo largo de tu vida». 

 

Durante diez años, habías estado solo con papá y mamá, nosotros nos acostumbramos a tu orden, tus horarios, tus espacios, tu anticipación antes de salir de casa. El tiempo que pasabas sentado viendo girar la lavadora, tu forma de caminar por la calle pegado siempre a la pared, que con los años fuimos separándonos de ella. 

Tu hermano no entendía de orden, horarios, ni anticipación, control de espacios. Para Ángel su espacio era toda la casa, cualquier rincón de ella era bueno para jugar, dejar tirados los juguetes en cualquier orden, siempre corriendo, siempre jugando e imaginando. A la hora de salir a la calle, todo era campo abierto para correr y correr detrás de una pelota, sin darnos cuenta de dio una sacudida a tu vida. 

Pero, ese torbellino de alegría que entró en nuestras vidas también nos dio mucha fuerza a todos, teníamos que empezar a entender ahora aquello que no estábamos habituados a vivir día a día, a juguetes por toda la casa desordenados, papeles con dibujos en cualquier lado, muchos muñecos de peluche para abrazarlos. Algo que nunca tuvimos en casa, porque a ti eso no te gustaba. Todo era orden y armonía en tu habitación, todo eran horarios, nunca entrabas en su habitación, eso te parecía un caos, la veías desde fuera como si esa habitación no formara parte de la casa. Desde fuera, mirabas y todo aquello era un caos, donde tu hermano era feliz. 

Recuerdo un sábado por la tarde, que nos sentamos en el sofá para ver una película, al sentarte enseguida preguntaste: ¿Cuántos minutos dura? ¿A qué hora termina?

Y ese día tu hermano te contestó, como si fuera una orden. Alberto, «Disfruta». 

Me que perpleja tu hermano pequeño con diez años menos, te había contestado algo que no esperábamos ninguno. «DISFRUTA»

Pero sabía que ibas a preguntar de nuevo, y antes de que lo hicieras volvió a decirte, «Disfruta de la película va a ser muy chula, seguro»

Y entendí la importancia que iba a tener tu hermano a lo largo de tu vida. Cómo había entendido sin nadie explicarle nada, cuál era tu manera de ser, tu inquietud, tu día a día, la anticipación de las horas, tiempos y espacios. Y sabía que teníais mucho que compartir juntos a lo largo de los años. 

 


 

Eva María Carrascal Barragán

VIII Cuéntame el Autismo 

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