El sueño es una necesidad básica del organismo que forma parte de nuestra vida cotidiana. Un buen descanso nocturno contribuye a consolidar aprendizajes, ayuda a mejorar nuestros niveles de atención, concentración y memoria y favorece nuestro bienestar emocional.

El sueño no suele considerarse importante a la hora de abordar íntegramente la salud de las personas, aunque los problemas de sueño pueden llegar a condicionar su calidad de vida y la de su entorno.

Las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) pueden presentar problemas de sueño a lo largo de todo el proceso evolutivo. Aunque no hay datos concluyentes sobre su prevalencia, es frecuente en la etapa infantil y de envejecimiento.

 

Problemas de sueño y factores implicados

Para que los problemas de sueño lleguen a interferir en el rendimiento óptimo de las diferentes actividades de la vida diaria, han de estar presentes de manera continuada, intensa y extendida en el tiempo. Y los modos más comunes en los que pueden presentarse son: 

  • Despertar precoz
  • Despertares nocturnos: interrupción del sueño continuo durante la noche
  • Resistencia a la hora de ir a la cama (presencia de rabietas o enfados)
  • Pocas horas de sueño (según la edad)
  • Sueño ligero (poca calidad) aunque el número de horas sea adecuado.
  • Insomnio: dificultad para conciliar el sueño o para seguir durmiendo
  • Dependencia de otros para conciliar el sueño
  • Conducta de levantarse de la cama constantemente para buscar la atención de otras personas

No se conocen con exactitud las causas que pueden estar implicadas en la dificultad a la hora de conciliar el sueño, pero existen diferentes hipótesis multifactoriales, es decir, diferentes factores que pueden estar influyendo, los cuales son:

  • Hipersensibilidad sensorial durante el día que conlleva niveles de excitación muy elevados que hacen que por la noche resulte difícil conciliar el sueño.
  • Alteraciones del ritmo circadiano, es decir, ciclos de sueño/vigilias irregulares
  • Efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos.
  • Ambiente: entornos o actividades muy estimulantes

Abordaje de los problemas del sueño

Los problemas de sueño requieren un enfoque terapéutico interdisciplinario, ya que como hemos mencionado, aunque las causas no son concluyentes, se considera un estresor potencial.

Antes incluso de considerar un tratamiento específico para las alteraciones del sueño, es necesario descartar la presencia de otro tipo de problemas de salud que puedan estar teniendo un efecto sobre el sueño como, por ejemplo, problemas dentales, gastrointestinales, etc. 

Una vez descartado que los problemas de sueño no son una consecuencia, el abordaje ha de enfocarse en generar hábitos de sueño saludables donde se establezcan patrones de sueño positivos. Para ello, es necesario evaluar cada situación e intentar determinar el origen y los factores que puedan explicar las dificultades y establecer las intervenciones específicas y especializadas.

Para ayudar a explicar la situación que se está produciendo, es posible observar o registrar ciertas rutinas y horarios, las cuales pueden estar influyendo en la calidad del sueño:

  • Horario nutricional: alimentos y bebidas ingeridos
  • Horario de actividades: actividades que se han realizado las horas previas a irse a dormir
  • Horario de sueño: hora de acostarse y levantarse, horas totales de sueño, número de veces que se ha despertado, etc.
  • Conducta nocturna: reacciones antes, durante y después de dormir como, por ejemplo, si aparece la frustración o llanto, si se busca a otras personas que le acompañen, si se busca otro lugar/habitación en la que dormir, si aparecen alteraciones en la respiración (ronquidos o apnea), etc.
  • Conducta diurna: tiempos de siesta, grado de atención/concentración, hiperactividad, tipo de actividades, etc.
  • Entorno: luz (natural o de dispositivos electrónicos o pilotos), ruido, tipo de pijama, etiquetas, tipo de sábanas, la respuesta de las personas que están a su alrededor, etc.
  • Rutina de sueño: conocer cuándo es la hora de irse a dormir, conocer qué pasos hay que seguir para acostarse, se duerme sólo o acompañado.

El registro de estos datos puede realizarse tanto con una pulsera o reloj de actividad como con un registro de papel, y puede ayudar a descubrir los posibles factores implicados y a comprobar si existe una evolución con las pautas establecidas.

Es posible utilizar apoyos visuales para crear una rutina de sueño fija, sencilla y corta que pueda llevarse a cabo todas las noches y en todos los lugares donde se vaya a dormir (casas familiares, hoteles, etc.) y así adquirir unos hábitos adecuados de sueño.

En esta rutina los tiempos tienen que estar estructurados y pueden mostrarse mediante apoyos visuales. De este modo, podrá ser anticipado y por tanto generará comprensión y seguridad. Existen rutinas sistemáticas mediante apoyos visuales ya creadas como las del portal ARASAAC, (Rutina para la hora de dormir) aunque se puede crear una rutina de manera específica e individualizada para cada persona.

Además de generar la rutina, es recomendable evitar todas aquellas actividades estimulantes y/o juegos que sean muy excitantes o emocionantes las horas previas a irse a dormir como, por ejemplo, ver la televisión, jugar a videos juegos, etc. Por el contrario, pueden sustituirse por actividades que resulten relajantes y tranquilas como leer, tomar un baño, etc.

Otra pauta, es establecer una asociación clara y firme entre la cama y el acto de dormir, es decir, evitar jugar en la cama y, en caso de que se quiera jugar, conducirle al lugar de la casa propio para ello.

Por otro lado, hay que tener en cuenta el ambiente, tratando de adecuar el espacio a un entorno agradable para la persona como, por ejemplo, con el tipo de colchón, una correcta ventilación, la intensidad (o ausencia) de luz deseada, ruidos o incluso, un espacio con pocos objetos alrededor de la cama (fotografías, libros, figuritas, etc).

Y finalmente, no debemos olvidar que nuestras rutinas diurnas afectan también a nuestro descanso, por lo que ingerir agua en vez de bebidas estimulantes y/o la actividad física diaria contribuirán a una correcta salud física y mental.

 


Sara Linuesa Ureña. Psicóloga. Técnica del Servicio de Información y Asesoramiento de Autismo Madrid.

 

 

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