Las Actividades de la Vida Diaria (AVD’s) son las actividades que las personas desarrollamos en nuestro día a día y podemos clasificarlas en básicas e instrumentales. Las actividades básicas son las que van orientadas al cuidado del propio cuerpo y que son rutinarias como son la alimentación, el aseo personal o el vestido. Y, las actividades instrumentales son aquellas que sirven para apoyar la vida diaria del hogar y de la comunidad como son ir a la compra, cuidado de los otros o movilidad por la comunidad, entre otras.

 

¿Qué implica participar en nuestras AVD’s?

Participar de manera activa en nuestras actividades cotidianas nos proporciona una sensación de utilidad y de capacidad, aumentando la autoestima de la persona, llevándonos hacia un camino de mayor independencia y, por tanto, de autonomía. Nos permite ser responsables de nosotros mismos. Por ello, y por otras razones más, es importante que toda persona, tenga o no discapacidad, tenga la oportunidad de participar activamente en sus actividades cotidianas, sea en el nivel que sea, porque va a proporcionar una mejor calidad de vida.

 

¿Cómo podemos ayudar a las personas con TEA?

Las personas con TEA pueden tener dificultades para saber qué se espera de ellos exactamente, además, pueden mostrar problemas para todo el proceso secuencial, así como generalizar la actividad a otros contextos.

Con todo esto, es importante ayudarles con las herramientas que mejor les facilite el aprendizaje de la secuencia de las actividades diarias, así como, favorecer que esa misma actividad o tarea tendría que realizarlo en otros contextos como por ejemplo el colegio, el trabajo, supermercado o en casa de un familiar, dependiendo de qué se trate.

Para ello, para favorecer el aprendizaje correcto es necesario anticipar lo que se va a realizar y lo que se espera de ellos, e ir creando rutinas de las actividades de la vida diaria, por lo menos, de las básicas que son de cuidado propio, de nuestra persona. Es importante, que desde pequeños se les enseñe la secuencia de actividad con claves visuales, pictogramas o historias sociales, y siempre servir de modelo para la persona con TEA. Como se ha comentado, es importante valorar qué herramientas le viene mejor para facilitar el aprendizaje. Podemos usar aspectos motivadores para las persona con TEA, como las claves visuales o las historias sociales que estén adaptadas a algo que le guste mucho, ya que el aprendizaje con motivación es más efectivo.

 

¿Qué beneficios tiene en el desarrollo de habilidades en TEA?

Va a ayudar al desarrollo cognitivo, ya que va a necesitar aprender la tarea, por lo que se requiere atención, memoria o planificación. Gracias a la creación de una rutina va a favorecer el aprendizaje de la secuencia y que, poco a poco, retirar los apoyos (aunque no se deberían de olvidar por si en un futuro se necesitase de nuevo). Otras habilidades que se van a ver favorecidas en el desarrollo van a ser las motoras. Componentes tales como el tono muscular, la coordinación, la motricidad fina, entre otras. Así como, del desarrollo sensorial, la manipulación de los diferentes objetos y sus texturas, o las experiencias de la actividad en sí.

Me gustaría dejar reflejado, que tenemos que tener presente el desarrollo típico del menor y cuándo van adquiriendo las habilidades y destrezas para el desempeño de las actividades. Eso nos va a dar pistas de si la persona con TEA que tenemos delante puede o no desempeñar cierta actividad. Es importante favorecer el desarrollo de las personas con TEA sin sobreproteger, pero respetando su ritmo de desarrollo, sin exigencias.

 

Laura García González, terapeuta ocupacional del Programa Mejora 

 

Más información sobre el Programa Mejora 

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