El 18 de febrero se celebra, como cada año desde 2007, el Día Internacional del síndrome de Asperger. Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austríaco que describió por primera vez este síndrome.

 

Características del síndrome de Asperger

Todas las personas con TEA comparten características que definen este trastorno y que se manifiestan fundamentalmente en dos áreas de su desarrollo evolutivo y funcionamiento personal:

  • la comunicación social 
  • la flexibilidad del comportamiento y del pensamiento.

En el caso del TEA sin discapacidad intelectual asociada, o síndrome de Asperger, las principales características en el área de la comunicación social se manifiestan en relación a: la comprensión y manejo de los aspectos verbales (interpretación de significados no literales del lenguaje, pragmática…) y no verbales (contacto ocular, gestos, postura corporal, etc.)  de la comunicación, y en su uso social (comprensión de situaciones sociales, manejo de relaciones interpersonales, resolución de conflictos, etc.).

En el ámbito de la flexibilidad del pensamiento y del comportamiento, se presentan patrones restringidos, estereotipados y repetitivos de intereses y conductas, que hacen que para la persona sea difícil adaptarse de manera flexible a las demandas cambiantes del entorno.

¿Cómo contemplan los manuales diagnósticos DSM-5 y CIE-11 el síndrome de Asperger?

El TEA es un trastorno complejo del neurodesarrollo, con características nucleares propias y definitorias. Esta especificidad se pone de manifiesto en las últimas versiones de los sistemas de clasificación internacionales de salud y trastornos mentales (CIE-11 y DSM-5). Ambos han modificado la denominación de la categoría diagnóstica, sustituyendo el término “trastorno generalizado del desarrollo” (TGD) anteriormente empleada, por la de “trastorno del espectro del autismo” (TEA).

Las antiguas clasificaciones establecían la categorización de los TGD en diferentes trastornos. En la actualidad, tanto el DSM 5 como la CIE-11 recogen bajo un solo término (TEA) el conjunto de trastornos del neurodesarrollo que antes se incluían en la categoría de trastornos generalizados del desarrollo. Así, los nuevos sistemas de clasificación identifican los criterios de diagnóstico que comparte el TEA, pero reconoce explícitamente la variabilidad de las personas que lo presentan en cuanto a sus habilidades lingüísticas e intelectuales.

Por lo que respecta al síndrome de Asperger, los criterios diagnósticos del citado DSM-5 establecen que a las personas “con un diagnóstico bien establecido según el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad de Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otro modo, se les aplicará el diagnóstico de trastorno del espectro del autismo”. Esta afirmación no deja lugar a dudas: el síndrome de Asperger está incorporado en la definición de TEA. Concretamente, en el caso de los criterios que establece el DSM 5 se identificaría bajo la denominación de “TEA sin déficit intelectual acompañante” o “TEA sin discapacidad intelectual asociada”.

¿Qué reivindican Autismo España y sus entidades socias para las personas con síndrome de Asperger?

Las principales demandas del colectivo aparecen recogidas en la Estrategia Española en TEA:

  • Mejora en la detección e identificación temprana de sus características, con el objetivo de acceder lo antes posible a un diagnóstico especializado y a los apoyos específicos que precisa la persona.
  • Garantizar el acceso y disfrute de una educación individualizada, inclusiva y de calidad en todas las etapas educativas, incluyendo las postobligatorias (formación profesional, enseñanzas universitarias…).
  • Favorecer una educación libre de bullying y acoso escolar, garantizando la prevención, identificación e intervención especializada que lo haga posible.
  • Promover el acceso al empleo y el desarrollo de la carrera profesional, favoreciendo la sensibilización e implicación del tejido empresarial y garantizando los recursos de apoyo individualizados que precise cada persona.
  •  Favorecer el disfrute de la vida independiente al hogar familiar, asegurando los apoyos que cada persona precise para hacerlo posible.
  •  Promover la salud, especialmente en aspectos relacionados con el bienestar emocional y la salud mental, favoreciendo el disfrute de la calidad de vida y el afrontamiento positivo de las demandas del entorno.
  • Garantizar la inclusión social, así como el acceso y disfrute de todos los recursos, bienes y servicios de la comunidad, favoreciendo el diseño universal y la accesibilidad de los mismos (especialmente en aspectos relacionados con la accesibilidad cognitiva).
  • Promover la formación y capacitación de diferentes sectores profesionales en relación a las necesidades de las personas con TEA sin discapacidad intelectual asociada, especialmente en aspectos relacionados con la detección y el diagnóstico precoz, la educación, el empleo, la salud y la vida independiente.

 

Más información en Autismo España 

 

 

 

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