El Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias recibe 2,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para un proyecto centrado en encontrar la cura para algunas enfermedades como el parkinson.

Fuente: laopinion.es

Tan complicado como que una proteína determinada, implicada en los canales eléctricos de comunicación de las neuronas, tenga algún tipo de relación con la causa de alteraciones cognitivas que aparecen en el inicio de la vida, como el autismo, o que se desarrollan a lo largo de los años, como puede ser el parkinson. Es un reto complejo pero es el que se ha marcado Teresa Giraldez, y con el que ha logrado convencer al Consejo Europeo de Investigación para que le entregue 2,5 millones de euros.

No se trata de que la investigadora, vinculada al Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias y perteneciente a la Universidad de La Laguna, pretenda encontrar en los cinco años que dura el proyecto una cura para alguna de estas enfermedades, «sino que puede ayudar a conocer las causas que las provocan para que alguien se centre en solucionarlas».

Dicho de otra manera, Giraldez prevé «hallar cualquier avance que permita a ser aprovechado por este u otro grupo de investigación». Por el momento, la científica afirma haber encontrado evidencias de que hay «señales en este tipo de comunicación entre las neuronas que presentan relación con las capacidades cognitivas» pero se trata de seguir indagando en un tipo de estudio que aún está en pañales.

Por un lado porque es una investigación de tipo microscópica en la que se analizan células y elementos proteicos en nanómetro, o lo que es lo mismo, la millonésima parte de un milímetro. Para ello se requiere de un instrumental avanzado y por su puesto caro. Por otro lado, se ha logrado intervenir en células vivas «lo que permite un avance mayor en el estudio que en el caso de las muertas porque se observa el proceso en marcha».

En este sentido, el reto ahora de Teresa Giraldez es medir estas señales iónicas o eléctricas, que no pasan de ser chispas nanométricas, en las neuronas de animales modificados celularmente para conocer si hay relación entre su funcionamiento y las patologías de que afectan al desarrollo cognitivo. El reto de la investigadora y del equipo que podrá configurar con la financiación que acaba de obtener del Consejo Europeo y que, según sus cálculos incluye a cinco personas expertas en este tipo de investigaciones (incluido un estudiante de doctorado con lo que además se fomenta la investigación de los jóvenes recién graduados).

La ayuda además se orienta a la compra de «los aparatos más novedosos para este campo», lo que supone más que un gasto una inversión porque «a pesar de su elevado coste es instrumentación que se puede aprovechar durante años». Por ejemplo, en este caso el proyecto es de cinco años pero la financiación al final es «una línea abierta doble», tanto desde el punto de vista técnico (los aparatos de microscopía pueden emplearse para otros estudios) como desde la ciencia: Los resultados abren una puerta para indagar más.

De ahí que Giraldez entienda la financiación no solo como un reconocimiento a su trabajo y su esfuerzo de los últimos años sino también como una responsabilidad. «A nosotras nos encanta lo que hacemos, tenemos una idea y tenemos pruebas sólidas de que podemos llevarla a cabo pero lo que hace este tipo de ayudas es ponernos en la casilla de salida, no en la meta», resume investigadora también en alusión a Carolina Mallol, la otra científica de la ULL que ha logrado la subvención.

Para ambas, «ahora empieza el trabajo de verdad porque se trata de la convocatoria más importante que pueda conseguir una investigadora europea en su carrera y hay que aprovecharlo con responsabilidad». Este planteamiento además coincide con las horas bajas que atraviesa la ciencia en España, con permanentes recortes especialmente durante la última legislatura y con que conlleva como primera consecuencia una merma del personal dedicado a investigar. «Hay ideas y hay talento porque fuera se pelean por nosotros, pero nos faltan los medios», señala Giraldez quien apunta también a la importancia del trabajo en conjunto: «En ciencia no se trabaja solo, necesitamos gente».

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