Uno sabe cuándo está sobreprotegiendo a su hijo/a cuando se da cuenta de que no le permite hacer cosas que él o ella sí es capaz de hacer por sí mismo/a, cuando no le ofrece oportunidades de, al menos, intentar que las haga (aunque al principio no salgan todo lo bien que nos gustaría) y de que aprenda de sus experiencias personales. Se sobreprotege cuando se hace todo por él o ella aún siendo acciones que sí pueden realizar o aprender a realizar. Se sobreprotege cuando no se confía en sus posibilidades.

No se trata de dejarles a la deriva… todos conocemos la importancia de los apoyos que necesitan para aprender… se trata de darles la oportunidad de hacer, de aprender aunque se equivoquen permaneciendo a su lado si lo necesitan y supervisando por si requieren de nuestra ayuda.

Es importante enseñarles a esforzarse, a intentarlo y a pedir ayuda al que tienen al lado; Que no aprendan a hacerse cómodos y que los demás hagan todo por ellos, que no aprendan a aprovecharse de sus dificultades para sacar beneficio de ellas.

Por otro lado, un niño sobreprotegido también aprende a conseguir cosas a través de rabietas… Debemos aprender cuándo estos momentos de llanto se deben a sus características de autismo, a frustración, a dolor, a cansancio, hambre, etc. y sí, también a si se trata de llamadas de atención, porque no nos confundamos, las personas con autismo también reclaman la atención de los demás utilizando rabietas…

Como en la educación de cualquier niño/a, debemos perseguir que no se vuelvan personas caprichosas… Sabemos que las personas con TEA tienen patrones restringidos de interés, conductas repetitivas y patrones rígidos de conducta… pero también sabemos que es positivo darles la oportunidad de probar cosas nuevas, de experimentar… nos van a sorprender… ya veréis!.

Para no tener un hijo sobreprotegido hay que huir del miedo que tenemos como padres, debemos aprender a delegar en nuestros hijos las cosas que sí son capaces de hacer, darles la oportunidad de crecer, de aprender, de madurar para que puedan alcanzar su máximo potencial como personas.

Finalmente cabe mencionar que, independientemente de que la persona tenga autismo o no, el objetivo de los padres deber ser ofrecer a los hijos la posibilidad de alcanzar su grado máximo de autonomía personal, cada uno el suyo, así como una enseñanza en valores acorde a los valores familiares y sociales.

Laura Hijosa Torices

Psicóloga de la Federación Autismo Madrid

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