Datos generales sobre autismo
El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo, cuyo origen es neurobiológico, por lo que está presente desde el inicio del desarrollo temprano y a lo largo de toda su vida.
Las personas con TEA suelen presentar dificultades en dos dimensiones principales:
- Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social.
- Patrones restrictivos y repetitivos del comportamiento, intereses o actividades.
Y aunque no hay datos exactos, se estima que en España hay un total de 450.000 personas con TEA, es decir, 1 caso por cada 100 nacimientos.
Diferencias en el TEA
El concepto de espectro o continuo hace referencia a la gran variedad de conductas y expresiones en las que puede manifestarse el Autismo, lo que puede afectar a la capacidad para responder adaptativamente a las exigencias del entorno.
Por tanto, aunque el Autismo comprende un núcleo común de manifestaciones clínicas (anteriormente descritas) es muy variable de una persona a otra.
Estas diferencias pueden ser según el sexo, la edad o la comorbilidad (dos o más trastornos en la misma persona, por ejemplo, epilepsia y discapacidad intelectual).
Los estudios estiman la prevalencia por sexo de 1 mujer por cada 3 o 4 hombres. Aunque actualmente este dato está siendo cuestionado por el aumento de diagnósticos, tanto en niñas como en mujeres adultas.
Mujeres y autismo
Los estudios afirman que el número de mujeres con autismo es mayor, ya que suele producirse un infra diagnóstico de estos casos. A continuación, detallamos algunos factores a los que puede deberse esta situación:
- Los equipos diagnósticos. Los profesionales utilizan distintas herramientas a la hora de detectar y diagnosticar un trastorno, como los manuales y las pruebas de evaluación diagnóstica. En ocasiones, para diagnosticar el autismo en las mujeres, es necesario profundizar en el análisis de esos datos y valorar las consecuencias de manera cualitativa como, por ejemplo, valorando su percepción sobre su calidad de vida, el éxito en las relaciones sociales y/o laborales, etc.
- Existen ciertas diferencias en los comportamientos y patrones de interacción social, donde las mujeres presentan mejores habilidades de afrontamiento y adaptación.
- Los sesgos de género. Existen diferentes estereotipos vinculados al autismo como, por ejemplo, las dificultades a la hora de interactuar con otras personas. Las mujeres con autismo, en este caso, pueden tener más habilidades para iniciar y mantener una conversación. Sin embargo, las dificultades en las relaciones sociales tienen repercusiones a otro nivel como en el grado de satisfacción obtenido durante la conversación, la saturación de estímulos, etc.
- La falta de información y conocimiento. El diagnóstico de las mujeres en la edad adulta puede llegar a generar un impacto positivo, ya que, proporcionar dicha información mejora la autocomprensión de las dificultades que se han ido encontrando a lo largo de su vida.
Características de las mujeres con autismo
Los estudios de investigación existentes de las mujeres con autismo son muy escasos. Aun así, se ha evidenciado que generalmente presentan:
- Mayor capacidad social y comunicativa. Las mujeres y niñas desarrollan estrategias más eficaces para la participación en conversaciones recíprocas e intercambio de intereses, así como una mayor flexibilidad y adaptación del comportamiento en situaciones sociales. Suelen mostrar mayor interés para relacionarse con los demás, pero carecen de las habilidades sociales para hacerlo con éxito.
- Mayor capacidad en las relaciones sociales. Las mujeres y niñas con TEA parecen utilizar otras estrategias para manejar situaciones sociales y presentan otros tipos de intereses restringidos.
- Menos estereotipias y comportamientos repetitivos que los hombres o al menos de una manera menos perceptible.
- Mayor capacidad en memoria, flexibilidad cognitiva y justicia social.
La sintomatología de las mujeres y niñas con TEA puede pasar inadvertida debido, entre otros motivos, al camuflaje. El camuflaje es el conjunto de estrategias que se utilizan para compensar y esconder las características típicas del autismo durante las interacciones sociales. No obstante, esto no significa que obtengan satisfacción ni percepción de éxito en sus relaciones sociales.
Consecuencias
La mayor parte de las investigaciones aportan conocimiento del autismo en torno a las características que se manifiestan en los hombres.
El desconocimiento de las manifestaciones clínicas del TEA en mujeres produce una serie de repercusiones en las distintas dimensiones de su calidad de vida. Por ello, las mujeres con autismo se enfrentan a barreras y dificultades tanto sociales (invisibilidad, estereotipos, prejuicios), como individuales (toma de decisiones, planes personales, etc.).
Las mujeres con TEA a menudo obtienen un diagnóstico tardío o equivocado, lo que conlleva que haya mujeres y niñas desatendidas y sin un tratamiento correcto, frenando así su desarrollo, autonomía, inclusión y el acceso a los recursos y servicios que les puedan prestar los apoyos necesarios. Además, las expectativas sociales y de género pueden llevar a las mujeres a modificar su comportamiento y a camuflarlo o compensarlo. Este camuflaje puede generar un gran impacto emocional con consecuencias negativas para la salud mental, pudiendo llegar a desarrollar ansiedad o depresión.
Por todo ello, se hace imprescindible continuar con la investigación en el diagnóstico de las mujeres con TEA, mejorando su identificación, aportando información que contribuya a su visibiliziación, y promoviendo intervenciones adecuadas a sus intereses y necesidades con la incorporación de la perspectiva de género en los estudios.
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