El Centro Ángel Rivière de Madrid imparte unos talleres prelaborales con el objetivo de adquirir hábitos y rutinas relacionadas con el trabajo.

Fuente: Fundación Quinta

La Fundación Quinta en su centro Ángel Rivière ofrece unos talleres diseñados como un eslabón de enlace entre el final de la etapa educativa de las personas con TEA y su vida adulta en condiciones de la mayor normalidad posible. Coordinado por la psicóloga, Marta Casanovas, los talleres se estructuran como un proceso para adquirir hábitos y rutinas laborales, que puedan ser generalizados más tarde, intentando al mismo tiempo que eso no signifique retrocesos en otras habilidades adquiridas en la etapa educativa.

Se ofrecen talleres de diferentes características: encuadernación, bisutería de fimo, cosmética natural, jardinería para poder determinar qué tipo de actividad se adapta mejor a las capacidades e intereses de cada usuario.

Se mantiene también una moderada actividad física diaria, y un día semanal de piscina.

Los talleres están dirigidos a personas con TEA que han acabado su ciclo educativo, en horario de mañana.

Los futuros usuarios que todavía están en los centros educativos pueden probar los talleres, como actividad extraescolar o como actividad de ocio de fin de semana.

Con esta oferta se ofrece la posibilidad de probar, antes de acabar la etapa escolar, una adaptación de la persona con TEA a los ritmos y rutinas de una actividad laboral, de cara a una futura integración.

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