Recientes investigaciones aseguran que la práctica continuada de yoga puede aportar muchos beneficios a las personas con síndrome de Asperger.

Las posturas suaves y las técnicas de respiración pueden resultar a menudo eficaces en el manejo de la hipersensibilidad, la desorientación y los altos niveles de ansiedad que afectan a las personas con Asperger, como también los ayudan a lidiar con el estrés, la sobrecarga sensorial y los problemas de conducta.

En búsqueda de abordajes que ayuden a complementar las terapias tradicionales con las que se trata este trastorno, en distintos países europeos y en los Estados Unidos, comenzaron a implementarse sistemas de yoga adaptado, de control postural y de la respiración con el objetivo de lograr un mayor autocontrol y mejora de síntomas.

Si bien el yoga no apunta a alcanzar una cura, ha demostrado una gran efectividad tanto en niños como en adultos para controlar y remitir distintos síntomas.

En los últimos años, se han realizado varias investigaciones sobre el yoga como tratamiento complementario para el autismo:

Un estudio efectuado en 2012 y publicado en el “American Journal of Occupational Therapy” examinó la efectividad de un programa de yoga para el aula, aplicado en niños con trastornos del espectro autista. Los niños participantes fueron divididos en dos grupos, uno recibió el programa de yoga cada mañana y el otro grupo llevó adelante su rutina estándar. El estudio duró 16 semanas y al finalizar se evaluaron los comportamientos desafiantes. Los resultados mostraron que los estudiantes que participaban en el programa de yoga mostraron una disminución significativa en las conductas desafiantes respecto a los niños del otro grupo. “Este estudio demuestra que el uso de intervenciones diarias de yoga en la escuela tiene un importante impacto en los comportamientos clave en el aula entre los niños con trastorno del espectro autista”, concluyeron los autores.

Otro estudio, publicado en 2011 en la “Revista de Medicina Alternativa”, observó el efecto que el yoga tiene en las respuestas de relajación en niños con autismo. Veinticuatro niños diagnosticados con trastornos del espectro autista participaron en un programa de yoga de ocho semanas de duración, acompañado por actividades de danza y terapia musical. Los efectos del programa en la respuesta de relajación se midieron de acuerdo con el Sistema de Evaluación del Comportamiento de la Infancia, Segunda Edición (BASC-2) y la Lista de verificación de conducta aberrante. Los investigadores encontraron cambios significativos en los resultados de la BASC-2, especialmente para los niños de 5-12 años de edad.

Por otra parte, y más allá de la efectividad en el control de los trastornos asociados detallados en los estudios, el yoga puede resultar de gran ayuda para la reducción de las conductas obsesivas y de autoestimulación, reducción de la ansiedad, de la agresión y de las respuestas de huida.

A partir de toda la evidencia reunida cabe preguntarse, ¿a través de qué procesos una actividad psicofísica como el yoga y la meditación puede mejorar la calidad de vida de las personas con Asperger?

Yoga terapéutico

Cuando una persona con Asperger logra sentirse más tranquila y a gusto en su propio cuerpo, tener conciencia de su propio cuerpo y a sentirse bien “en su propia piel”, con menos malestar y ansiedad, más fácil le resulta controlar su comportamiento, aprender nuevas habilidades y disfrutar de interacciones sociales.

Dado que las personas con distintos tipos de autismo tienen diferentes experiencias sensoriales, sus cuerpos a menudo quedan atrapados en una «lucha”, que puede manifestarse con conductas de huida o de estancamiento. La respuesta de lucha, huida o estancamiento altera los procesos de digestión, el ritmo cardíaco y la respiración, generando todo tipo de reacciones físicas que a menudo conducen a estado emocional de fuerte ansiedad.

Es por ello que una práctica como el yoga puede colaborar en mucho a salir del estado de lucha, huida o estancamiento, facilitando herramientas para alcanzar un mayor autocontrol y permanecer más relajado y menos ansioso.

El yoga también facilita una más profunda inhalación y exhalación, calmando el sistema nervioso, permitiendo que el individuo afectado se sienta más tranquilo y cómodo en su cuerpo y desde ese bienestar pueda realmente trabajar en su comportamiento.

Lyle Anderson es un instructor norteamericano de yoga que fue diagnosticado con Asperger de niño, su testimonio es sumamente rico a la hora de evaluar en primera persona los profundos cambios que experimentó a lo largo de sus años de práctica. “Antes de hacer yoga me sentía tan intensamente abrumado por los continuos estímulos sociales que me retiraba dentro de mí y cortaba la comunicación con casi todos. A veces, dormía más de veinte horas en un día, y con mayor frecuencia entre doce y quince horas. El yoga me ha ayudado a largo plazo a ser mucho más social. Me dio un enfoque positivo que me permitió además participar en un ambiente que me ayudó a salir de mi mente. Me obligó a salir de mi caja y hacer algunas cosas que antes me parecían muy difíciles de realizar. Por ejemplo, comprar mi propia ropa por primera vez en mi vida. Además el yoga también me ha traído una conciencia física que yo nunca había tenido”, confiesa Anderson, quien actualmente se desempeña como instructor especializado en Asperger.

En tanto a nivel físico, esta disciplina ayuda a mejorar la mala coordinación muscular, otro rasgo común en la condición, a partir de las “Asanas” o posturas clásicas de yoga. Pero el yoga no sólo ayudará a mejorar su equilibrio y coordinación muscular, sino que también mejora la concentración.

Si el yoga se realiza en un ambiente tranquilo, con iluminación suave, se descansa el sistema sensorial estresado y las vivencias relajantes experimentadas pueden luego emerger como “mojones” de orientación y autocontrol para manejar las situaciones de estrés, posibilitando con ello mayor autosuficiencia.

Asimismo, como el yoga no es competitivo, una persona con síndrome de Asperger puede disfrutar de realizar su práctica sin sentirse inseguro al practicar una actividad social, lo cual aumentará su confianza.

Todos estos beneficios y experiencias son sólo un resumen de las posibilidades que nos ofrece la práctica continuada del yoga. Si queréis seguir leyendo sobre este tema y conocer más bibliografía y enlaces  sobre ello podéis hacerlo viendo el artículo completo.

FUENTE: www.elcisne.org

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