Puesto que el origen de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) es aún incierto, es complejo determinar qué grado exacto o qué probabilidad concreta existe para que en una familia se dé, o no, algún caso de Autismo, o con qué riesgo de heredabilidad nos podemos encontrar. Por ello, a día de hoy, es complejo ofrecer un consejo genético a las familias que están tomando la decisión de tener un hijo, habiendo ya en la familia alguna persona con este diagnóstico, pero lo que sí podemos hacer es ofrecer la siguiente información para que la puedan considerar.

Laura Hijosa Torices/Psicóloga Federación Autismo Madrid

Los Trastornos del Espectro del Autismo no son una enfermedad curable ni son trastornos adquiridos tras el parto (por ejemplo a través de determinados alimentos o vacunas, etc.). Por el contrario, gracias al aval que nos aportan las investigaciones científicas, sabemos que los TEA son trastornos que tienen una base neurobiológica. Parte de esta base es heredada y parte está originada por la influencia de factores ambientales (aún no determinados), por factores del propio desarrollo o bien por la conjunción de los agentes genéticos y los agentes externos.

Está claro que en el Autismo hay una predisposición genética, aunque no lo está todavía en qué medida este origen genético es hereditario (transmitido de generación en generación) o accidental (como consecuencia de una lesión genética producida en el momento de la fecundación o durante la gestación).

Por otro lado, ante la pregunta ¿Puede nacer más de una persona con Autismo en una familia? La respuesta es sí, de hecho encontramos casos de hermanos, de gemelos y trillizos con TEA, casos de gemelos en los que uno de ellos tiene Autismo y otro no, e incluso casos de primos hermanos con Autismo cuyas madres son gemelas (ninguna de ellas con TEA).

Estudios científicos sobre este tema indican que la edad de los progenitores interviene en cuanto a la posible afectación del material genético. De hecho, algunos de estos estudios indican que los niños nacidos de padres con 45 o más años, en comparación con aquellos cuyos progenitores estaba entre los 20 y 24 años en el momento de su nacimiento, tenían un riesgo de Autismo 3´5 veces superior.

Así mismo, otras investigaciones aseguran que los niños/as cuyo hermano/a mayor presenta autismo tienen un 7% de probabilidades de desarrollar también este trastorno, cuando el riesgo de la población general es únicamente de un 1%, siendo también el riesgo menor si este hermano/a mayor con Autismo es hermanastro/a. Este caso, si los hermanastros/as compartían padre tenían 1,5% de riesgo de desarrollar el trastorno, mientras que si eran hermanos por parte de madre tenían un riesgo del 2,4%; Además, estas mismas investigaciones también concluyen que si sólo hubiera un componente genético, la incidencia de Autismo sería mayor entre hermanos.

Otros datos interesantes a tener en cuenta son que uno de cada 150 nacimientos presenta Autismo (según el  Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos) y que el Autismo afecta alrededor de cuatro veces más a chicos que a chicas.

De todo lo expuesto concluimos que la carga genética asociada existe, pero que es necesaria más investigación sobre este tema.

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