El hecho de ir a la peluquería o cortarse el pelo en casa puede ser una actividad de ocio para muchas personas, ya que permite variar nuestra imagen mientras se disfruta con los distintos cortes y formas del pelo, tintes, etc. Sin embargo, para las personas con TEA, que presentan hipersensibilidad sensorial, esta actividad puede resultarles estresante.

A continuación, se hablará de aquellas situaciones que pueden generar ansiedad y se mencionarán algunas estrategias que suelen emplearse, a modo de orientación.

ANTES DEL CORTE

Posibles dificultades:

o Puede que el profesional de la peluquería desconozca cómo actuar a la hora de cortar el pelo a una persona con TEA.
o Se suele utilizar un lenguaje que puede causar rechazo, como “cortar” o “quitar”.
o Es una actividad que realizamos esporádicamente, por lo que, altera la rutina diaria y la ausencia de anticipación puede producir estrés.
o Puede que algunas personas con TEA no comprendan la importancia de acudir a la peluquería. Sin embargo, otras actividades esporádicas como una revisión en el dentista pueden ser más fácilmente relacionadas con un motivo; el cuidado de la salud.
o Pueden aparecer distintos miedos como, por ejemplo, a utensilios de peluquería, a la sensación de dolor, a creer que el pelo no va a volver a crecer, etc. No obstante, aunque aparezcan miedos, puede que las personas deseen un tipo de peinado concreto, por ejemplo, pueden querer el pelo teñido y sin embargo sentir miedo con la brocha (al igual que a alguien puede gustarle viajar y a la vez tener miedo a volar). Es importante tener en cuenta los gustos de la persona y las posibles vías para llegar a ello, así como evaluar el coste-beneficio de la acción.

Posibles estrategias:

o Informar al peluquero y hablar abiertamente de las posibles reacciones y sugerencias que puedan facilitar el proceso.
o Utilizar un lenguaje sin connotación negativa como: “mejorar tu pelo”, “cambiar de imagen” o “arreglar”.
o Explicar el motivo de cortarse el pelo.
o Acudir a la misma peluquería con el mismo profesional.
o Anticipar el corte de pelo de diferentes modos:
o Calendario: para marcar el día que se acudirá a la peluquería.
o Juego de roles: consiste en simular ir a la peluquería. Podemos obtener, por un lado, información acerca de sus miedos (ruidos, pelo mojado, etc) y, por otro lado, alternativas. Es decir, podemos observar si no tolera el velcro de la capa pero sí una toalla sobre los hombros, etc.
o Paso a paso: es posible dividir la actividad en diferentes tareas e ir añadiéndolas creando secuencias. Así, el primer día consistiría sólo en ir hasta la peluquería, el siguiente ir y saludar/conocer al peluquero, otro día, entrar y explorar la zona (dónde puede sentirse más cómodo/a) etc.
o Historias sociales: cada paso se acompaña de una historia social con fotografías o pictogramas.

DURANTE EL CORTE

Posibles dificultades:

o Pueden tener dificultades con el contacto físico, llegando a experimentar sensación de dolor con el tacto de la mano o el cambio de temperaturas (el frío de las tijeras o el calor del secador).
o El ruido de los distintos utensilios y/o la música del lugar puede resultar molesto.
o Puede haber una iluminación intensificada con los focos de los espejos.
o Pueden encontrar desagradable el olor de los productos de peluquería.
o Pueden tener dificultades en mantener una posición del cuerpo fija (con la cabeza inclinada o sin los pies apoyados en el suelo) y durante un largo período de tiempo.

Posibles estrategias:

o Utilizar un reloj o temporizador que marque la duración del corte.
o Utilizar apoyos visuales para la secuencia de pasos. Tampoco tenemos que olvidar la autodeterminación, por lo que los apoyos visuales también pueden utilizarse para poder elegir tanto el tipo de corte de pelo como los utensilios. A su vez, los apoyos visuales pueden ir acompañados de verbalizaciones o signos, en función de los apoyos que sean requeridos.
o Preguntar si es posible llevar y utilizar el champú que las personas con TEA utilizan habitualmente en casa.
o Cortar el pelo en seco o humedeciéndolo.
o La persona con TEA puede ser parte del proceso. Si en casa están acostumbrado a lavarse el pelo, en la peluquería podría participar activamente en la fase de lavado.
o Adecuar el entorno a su comodidad.
o Utilizar materiales de entretenimiento, ya sea música u objetos que resulten placenteros o relajantes.
o Detener el corte cuando sea necesario e incluir tiempos de descanso.

DESPUÉS DEL CORTE

Posibles dificultades:

o Es posible que el resultado final no sea el esperado o que no sea de su gusto.
o Al finalizar, la ropa puede estar mojada o con pelos.

Posibles estrategias:

o Explicar que el pelo vuelve a crecer o que es posible volver a cambiarlo, etc.
o Llevar ropa de recambio puede ayudar a sentirse más cómodo/a.
o Utilizar recompensas.
o Concluir qué ha sido placentero y qué no. Esto permite realizar modificaciones para las siguientes visitas.
o Plantearse la opción de que el peluquero acuda al domicilio.

Para finalizar, este enlace contiene material útil relacionado con el corte de pelo y/o visita a la peluquería, con material extraído de la página ARASAAC.

 


 

Sara Linuesa Ureña. Psicóloga. Técnica del Servicio de Información y Asesoramiento de Autismo Madrid.

 

 

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