“Las puertas de Julia”

Autora: María Alvarez Menéndez

 

En ocasiones, miro a mi hija Julia e imagino un armario lleno, lleno, lleno de pequeños cajones.

En este metafórico armario, cada cajón guarda cosas muy valiosas y otras que no lo son tanto…y en el interior de ese armario vive mi hija Julia.

Todos los avances que ha tenido Julia han sido una sorpresa, como cuando mordiqueó. una galleta, tras varios meses chupándola o como, tras ver que nosotros comíamos macarrones, sin decirle nada, cogió un tenedor y ya no ha dejado de comer  ¡¡¡de todo!!!

A los once meses, bajó del sofá en el que estaba sentada y empezó a caminar sin ningún titubeo

Otro cajón alberga una enorme sorpresa: Juia, a los tres años y medio se puso delante de un ordenador y ¡¡¡sabía escribir!!! (ésto entra dentro de su gran capacidad y yo no soy quién para contarlo; Julia lo contará llegado el momento)

¡Un día la encontramos realizando dos puzzles simultáneamente con ambas manos!

Julia, a pesar de no tener lenguaje se comunica perfectamente con gestos y haciendo uso de las tres o cuatro palabras que sabe «decir», a demás del » si y no «.

Nunca ha rechazado los mimos, las cosquillas, los besos, los abrazos…nunca ha dejado de mirar directamente a mis ojos…conoce perfectamente la rutina diaria.

Pero, en ese armario quedan muchísimas cosas por descubrir y muchas alegría que darnos. Su profesora está asombrada con a cantidad de ejercicios que demuestra poder hacer pero que, una vez descubierta, se niegue a repetir.

Ese enorme armario en el que habita Julia deja abrir un poquito alguna ventana por la que se escapan sus besos, su ternura, su amor, su sonrisa, su felicidad…El resto de la casa permanecera cerrada hasta que Juia decida abrir una nueva puerta.

 

Puedo afirmar que Julia es la alegría de a casa: sus carcajadas, sus repentinos besos, sus sorpresivos besos son un gran regalo que solamente sabe hacerlo ella porque Julia es especial.

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