Los expertos y profesionales del autismo así como sus familias siempre han estado preocupados por la inconsistencia de la manera en que los médicos diagnostica los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). A pesar de que los médicos y los terapeutas estadounidenses utilizan la misma lista de control de los síntomas del autismo, siempre han tendido a variar la forma en que ellos se aplican. Lo que un médico diagnostica como un Trastorno Autista, otro lo llamaría síndrome de Asperger o Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado. Algunos médicos han llegado a diagnosticar el autismo en niños con condiciones relacionadas con el trastorno del lenguaje y viceversa.

Ante este panorama, la Sociedad Americana de Psiquiatría reunió a  un comité de expertos para mejorar los criterios utilizados para el diagnóstico de los TEA. El comité ha desarrollado una definición de diagnóstico de autismo que pretende ser menos subjetiva y más fiable. Estos cambios son  parte de la quinta edición del Manual de Diagnóstigo Estadístico de los Trastornos Mentales, conocido como DSM-5, que se ha publicado en mayo de 2012.

Esta propuesta  a generado  gran cantidad de comentarios públicos a lo largo de 2012,e  introduce dos cambios fundamentales en la forma de diagnosticar.

  • En primer lugar, se separó el diagnóstico de subtipos de autismo que son previamente diferentes – incluyendo el trastorno autista y el síndrome de Asperger –  para no diagnosticarlo de manera única como ASD.
  • En segundo lugar, los actuales dominios de síntomas de deterioro social – son tres -, déficit de comunicación y conductas repetitivas/restringidas se convierten en dos: Insuficiencia de comunicación social y conductas repetitivas/restringidas.

Geraldine Dawson, director científico de Autism Speaks dijo: «Los cambios realizados tienen un fundamento científico sólido. Estos cambios tendrán un impacto en el diagnóstico de los TEA, pudiendo afectar al acceso a los servicios e influyendo en cómo se miden los TEA.»

De hecho, algunas de estas investigaciones sugieren que, ciertos individuos actualmente diagnosticados con TEA, podrían perder su diagnóstico con el nuevo sistema. Por este motivo, el Instituto Nacional de Salud (NIH) y Autism Speaks ha financiado estudios para evaluar mejor los efectos de los cambios que han sido propuestos.

En octubre de este año, el American Journal of Psychiatry publicó los resultados del primer estudio del NIH para anlizar un gran número de registros de personas diagnosticadas con TEA con el método DSM-IV. Se exploró si los casos examinados con este método conservarían su diagnóstico de los TEA basado en el DSM-5. A pesar de ser resultados preliminares, los resultados eran tranquilizadores.

El estudio incluyó una revisión, realizada por expertos, de más de 5.000 expedientes de casos de niños que habían sido evaluados por ASD bajo los criterios del DSM-IV. El equipo, dirigido por la psicóloga Catherine Lord, Doctora del Weill Cornell Medical College, situado en New York, aplicó los criterios del DSM-5 a los síntomas recogidos en los registros de los niño, incluyendo tanto a niños diagnosticados con autismo como a otros que no estaban diagnosticados.

El estudio realizado demostró que en los nuevos criterios del DSM-5 no se perdió un número significativo de niños previamente diagnosticados. Todo hay que decir que el estudio se basó en un análisis retrospectivo de las historias clínicas, aún se necesita de un estudio prospectivo cono los médicos que aplican criterios antiguos y nuevos para el diagnóstico de niños reales.

En noviembre llegaron los resultados de la primera prueba de campo del DSM-5. El informe de tres partes también apareció en el American Journal of Psychiatry.

Esta prueba de campo se realizó sobre 63 niños de edad escolar en Massachusetts y en California. Este estudio también encontró diagnósticos fiables usando el DSM-5. Cuando un médico diagnostica un niño con TEA con los nuevos criterios, el segundo diagnóstico con otro método es muy parecido al primero. Este estudio también demostró que la gran mayoría de los niños que cumplían los criterios DSM-IV para un TEA retendría el diagnóstico de TEA.

Los resultados son prometedores pero se necesitan más estudios para llevarse a cabo y poder así garantizar que las personas afectadas no pierdan el acceso a los servicios. El Dr. Dawson dijo: «Esta es una muestra relativamente pequeña de niños en edad escolar y con antecedentes caucásicos. Los adultos con autismo no fueron incluidos, así que no sé como los criterios de diagnóstico propuestos pueden afectarles. Tampoco se sabe cómo los cambios propuestos afectarán al diagnóstico de niños muy jóvenes.»

El Dr. Dawson y otros expertos coinciden en que el autismo es crucial para lograr una mejor compresión de cómo los criterios del DSM-5 afecta a las estimaciones de prevalencia del autismo, que a su vez podrían influir en las prioridades públicas de salud del país. Autism Speaks está financiando un estudio, en colaboración con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), para abordar mejor esta cuestión.

«A medida que estos nuevos criterios de diagnóstico entren en uso, tendremos que vigilar de cerca la manera en que afectan a las personas en nuestras comunidades» – concluyó el Dr. Dawson.

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